jueves, 14 de febrero de 2013

Tragedia

El Gobierno está sumando cruces a su fuselaje. Como aquellas que pintaban los héroes de la aviación en las guerras mundiales y en aquellas otras domésticas en tierras ajenas cuando derribaban a sus enemigos.

El Gobierno está sumando cruces, pero éstas son de dolor, de desesperación, de impotencia, de abandono. Son cruces que han dejado huir la vida, el más preciado tesoro del ser humano. Cruces que se están clavando como proyectiles en la aeronave del héroe y que terminarán por abatirlo.

Están muriendo. Como si fueran víctimas de una epidemia. Como presas del desahucio porque ya no tenían dónde caerse muertos. Padres, esposas, parejas, jubilados, gente de este país nuestro que esperaba que su gobierno les echara una mano.

Sin embargo, frente a quienes se han enriquecido engañando, explotando y abusando, se han encontrado solos. Frente a quienes como depredadores despiadados se han quedado con sus casas, han puesto en la calle a familias enteras con menores y han formado gran parte del problema económico y financiero por el que atraviesa España, los muertos dejaron sus vidas.

El fuselaje de este Gobierno ya está suficientemente manchado con la sangre de quienes buscaron auxilio y se encontraron con el cañón de la indiferencia en la sien. No hizo falta empujarlos, sólo ignorarlos.
Ayer costaba creer que el grupo que sostiene al Gobierno aceptara una Iniciativa Legislativa Popular, con millón y medio de firmas para respaldarla, para establecer unos mínimos que eviten situaciones injustas en el asunto de los desahucios.

Pero al Gobierno le sobrevino una doble muerte, de una pareja madura, y por la tarde, todo cambió en el Congreso. Ha hecho falta otro suicidio hoy para que PP y PSOE acuerden solicitar la tramitación de la ILP por vía de urgencia.

Las referencias de Gürtel, Bárcenas, Mato o Sepúlveda que mojan al PP, manchan al Gobierno y salpican a Rajoy son graves, pero las muertes por suicidios que impulsan los desahucios se incrustan como balas en el fuselaje. Ésas son una vergonzosa y triste tragedia para este país.