miércoles, 4 de noviembre de 2020

DIARIO DE UN CONFINAMIENTO (VII). Presagios

Martes, 3 de noviembre

Las calles del pueblo tienen gente, pero menos. Cuesta creer que los mayores, que salen de casa casi antes que el sol, estén temerosos por la posibilidad de contagiarse de coronavirus. A estas alturas quizás sean los más responsables.

Los números siguen poniendo los pelos de punta. Eso de la presión hospitalaria se va tornando cada vez más feo. Las plazas UCI se empiezan a llenar a un ritmo no deseado y, en cada jornada que pasa, hay que lamentar más fallecimientos.

Las autoridades andaluzas aplazan su habitual reunión de gobierno de los martes a mañana. Repasarán la situación sanitaria, además de aprobar el proyecto de los dineros que creen que necesita Andalucía el año que viene.

En el resto de España la cosa no va mejor. Tampoco en Europa, donde los países se están autoprotegiendo de forma más severa cada día que pasa. Como si ya no hubiera bastante, que también ataques terroristas en Niza y en Viena. Los austriacos están hoy de funerales. Ha sido una jornada con pocas luces y más sombras.




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